A menos de 20 grados del ecuador, con un clima favorable y tierras ricas en nutrientes, Puerto Rico es el lugar perfecto para producir cacao. La familia Echevarría se dio a la tarea de hacer esto una realidad en el país fundando Jeanmarie Chocolat, la única hacienda comercial de cacao en la Isla.
En el 2009 el matrimonio Echevarría decidió reinventarse cuando María, antes maestra de física y química, tuvo que retirarse de su empleo. Aprovechando los terrenos que ya tenían en su hogar en Aguada comenzaron su proyecto agrícola, la siembra de cacao. ¿Por qué el cacao? Porque Juan quería hacer un proyecto diferente, con miras a la exportación, pero antes tenían que estudiar el mercado.
“Nadie sabía lo que era el cacao en Puerto Rico, o si sabían pues nunca se había identificado como un producto que realmente se pudiera sembrar, vender, laborar, hasta que nosotros empezamos este proyecto”, indicó Damarys Echevarría, hija mayor de los fundadores. En su análisis del campo, descubrieron que el 30 por ciento del cacao a nivel mundial es de mejor calidad “porque se trabaja con unos procedimientos y unas técnicas distintas, pero como quiera ese cacao no es lo mejor de lo mejor porque viene mezclado”, explicó Damarys. Dentro de ese porcentaje hay de un cinco a siete por ciento que es catalogado cacao fino y de aroma, el que se utiliza en las casas chocolateras “famosas”, y provienen de países con climas parecidos al de Puerto Rico como Costa Rica, Venezuela, Ecuador, Republica Dominicana, Brasil y Colombia.
Al ver que los “chocolateros tienen que ir a sitios bien recónditos para tratar de conseguir un cacao ‘premium’ que se le pueda suplir de una manera consistente”, como dijo Damarys, Juan Echevarría decidió enfocarse en el nicho que se especializa en cosechar cacao fino y de aroma creando una finca única en el mundo. De esta manera le podían ofrecer a sus clientes cacao de excelente calidad que a su vez fuera fácil de adquirir.

Bellotas de cacao en proceso de madurar
Para poder crear esta finca tuvieron que adiestrarse y encontrar algo que realmente los separara de los demás. Ya que República Dominicana queda cerca de Puerto Rico, son la octava productora de buen cacao a nivel mundial y primeros en suplir cacao cien por ciento orgánico, viajaron para tomar cursos y talleres con ellos. Ahora, faltaba ese elemento especial que los distinguiera. Fue en ese momento que entró al plan de juego Brian Irish, en aquel entonces, horticultor de la Estación de Investigaciones en Agricultura Tropical (TARS, siglas en inglés), un centro de investigación del Departamento de Agricultura Federal (USDA, siglas en inglés). Irish fue parte de investigaciones de variedades de cacao en Mayagüez, que probaron que Puerto Rico puede producir el cacao más deseado del mundo.
Utilizando esas investigaciones, seleccionaron las mejores diez variedades de cacao en términos de sabor, productividad y resistencia a enfermedades, entre otros factores y comenzaron “la primera finca de cacao fino y de aroma seleccionado científicamente en el mundo”, afirmó Damarys Echevarría. Como resultado, hubo un junte colaborativo entre Cortés Hermanos y Jeanmarie Chocolat donde se escogieron diez agricultores para que sembraran cacao bajo las especificaciones de la hacienda. De estos cultivos nació Forteza, el producto más exclusivo de Cortés Hermanos, cien por ciento hecho con cacao de Puerto Rico. Esta iniciativa también logró un beneficio adicional, la creación de empleos.
Jeanmarie Chocolat no se ha conformado con estos logros. “Nosotros estamos asesorando a más de 150 agricultores en sobre 42 municipios de la Isla”, indicó Damarys, y muchos de ellos ya están produciendo cacao. Además, han continuado con las investigaciones, desarrollando nuevas variedades del cultivo. Más que crear un negocio rentable para ellos, los Echevarría tienen “mucha fe en que este proyecto no solamente va a levantar la industria agrícola en Puerto Rico sino que puede significar un motor económico para la Isla”, indicó la hija mayor de los fundadores. Incluso, han ayudado a conservar el ambiente con la creación de policultivos (la siembra de muchos cultivos a la vez) creando un ecosistema, pues trae flora y fauna nueva al área donde están las siembras.

Además de cacao tienen otras siembras en sus terrenos como la piña.
La familia Echevaría, que lleva ocho años produciendo cacao fino y de aroma, adquirió una finca de más de 70 cuerdas en Aguada donde sembraron sobre 25,000 árboles de cacao. Al igual que su primera finca, esta es completamente orgánica. En estos terrenos, adquiridos hace unos dos años, rescataron variedades autóctonas puertorriqueñas. Tienen planes de que la nueva propiedad tenga propósitos agro turísticos y educativos.
Al darse cuenta que los consumidores veganos estaban desatendidos en el mercado del chocolate, los dueños de la hacienda se dieron a la tarea de confeccionar barras de chocolate básicas y cacao en polvo en adición al cultivo y venta de cacao. Estas se pueden obtener a través de su página web o en el Mercado Agroecológico de Rincón.
Jeanmarie Chocolat, un proyecto que comenzó durante la crisis económica, se convirtió en mucho más que una fuente de ingreso familiar. Han llegado a ser un modelo mundial de agricultura orgánica, basado en investigaciones científicas y creando productos completamente veganos de gran calidad. Esta empresa, netamente puertorriqueña, promueve lo bueno de nuestro país y muestra el poder que tiene una idea en manos de personas visionarias dispuestas a trabajar por su país.